.
Primer
vecino de Lomas del Mirador.
Habiendo casi nulos datos sobre su
persona, fue una gran fortuna poder habernos contactado con un nieto suyo, Don
Armando Iribarren, vecino del barrio de Liniers, nacido el 13 de octubre de
1927, quien nos ha aportado interesantes datos de su memoria como nieto de Don
Miguel Iribarren, a quien se le evoca como el primer vecino de Lomas del
Mirador.
Entrevistado telefónicamente por El
recopilador en febrero de 2009, nos contó que a su abuelo se le conoció
también por su apodo de “El vasco
Iribarren” o lisa y llanamente por su otro apodo de “Paraguay”. Su ocupación era de tambero y lechero, ya que también
realizaba reparto a domicilio.
“- Mi abuelo descendía de vascos españoles y estaba casado con Marcelina Larraizán, de origen vasco
francés. Él había sabido trabajar
en el Tambo Grande, que quedaba detrás del Monte Dorrego, por el camino a
Cañuelas, próximo a las vías del ferrocarril de Haedo a La Plata.
Por el
1896 se vino a instalar, con dos hermanos, a un campo próximo 100 metros a lo
que hoy es la Av. Gral.
Paz y Emilio Castro y que entonces todo era un
inmenso e interminable campo. Levantó su casa en lo que
actualmente es la calle Liniers entre Paso y Quintana, y ahí tuvo “el tambo chico”.
En 1908 decide vender unas hectáreas de su
tierra, por lo que debió abrir calles para su loteo y que dio lugar a que
naciese un pueblo sobre
tierras de lomadas, y por fuera de esa tierra -del otro lado del
Camino a Cañuelas- existía una casona que fuese casco de una estancia que se
llamó “Santa Lucía” y en la cual había un “mirador” de tres pisos de alto y que la identificación
de “las lomas” y el “mirador” fue el origen del nombre de Lomas del Mirador.
Vendidas esas tierras él siguió viviendo allí por un tiempo más y luego se mudó con el tambo para el lado de lo que hoy es Av. San Martín, a la altura de Lisandro de
Pero Miguel también supo continuar con un
reparto de leche que desde Mataderos, donde viviese por Alberdi y Cafayate, desde ahí llegaba hasta
el centro de Buenos Aires.
En tanto sus otros tres hermanos, cada
uno se hizo cargo de un reparto: Mariano por
Mataderos, habitando por la calle Tellier; Fernando por
Liniers, que vivió por Caaguazú y Larrazabal; y el último, Fermín, por Ciudadela, por la calle Nolting; Así el
apellido Iribarren también fue conocido por todos esos lugares. También
una rama de la familia quedó viviendo por Provincias Unidas y Larrea.
Yo, además de nieto de Miguel,
soy primo de Carlos Carretero ( librería Carretero, Av. Juan M. de Rosas 575 ) emparentado
a él a través de la familia Della Maddalena, y
también soy primo de
Roberto Tarditi, de la familia que en 1900 habitara “el mirador”. Y
precisamente yo soy custodio de una reliquia “el cuchillo con el cual el primer
Tarditi mataba las vacas” para vender la carne en su carnicería; Un legado que
va pasando de una mano a otra en la familia y que un día deberé hacer pasar a
otras manos que le cuiden.
Fuente
oral: Armando Iribarren (nieto) – 2009
Fotografía
cedida por Carlos Carretero.
La
primera casa del barrio:
Aquella vieja casa donde habitó Don Miguel Iribarren, que era un rancho
de adobe y techo de paja, se mantuvo en pié por muchos años, mientras a su
alrededor, la manzana
crecía en construcciones, quedando rodeada por un cinturón
de ladrillos, cemento, huertas y jardines. Ocupó lo
que hoy es el número 928 de la calle Liniers,
entre Paso y Quintana.
En 1982, su nuevo dueño el Sr. Gerardo
Alonso, tras reiterados pedidos a las
autoridades municipales para que se declarase dicha casa como sitio histórico
y/o museo, al no encontrar eco favorable, necesitado de modificar la
propiedad donde instaló una industria gráfica, con mucha rabia y dolor, debió
demoler la vieja construcción y para que al menos no se perdiera el testimonio
de tan histórico sitio, don Gerardo Alonso y el periodista José Meren, colocan
en un ángulo del frente una placa de bronce que mantiene viva la raíz y la
memoria del lugar.
- Fuente oral: Gerardo Alonso y Marcelino Blanco.
Don Carmelo F. De Lucca: El primer comprador que tuvo El Vasco.
Llegó al país como inmigrante italiano en el año 1908, yendo a vivir a
Ciudadela Norte, a casa de un hermano que ya estaba aquí, en época cuando aún
Ciudadela no existía como tal y debía caminarse varias cuadras para llegar a la
estación de Liniers para tomar el tren.
A los pocos días de estar, se levanta una
mañana que había llovido y mete el pie en el agua a causa del arroyo Maldonado
que se
desbordaba. Y como
su hermano le decía, “bueno vos junta y comprá un terreno al lado
mío”. Pero él, como venía de Nápole, donde el volcán vuelta a vuelta le movía la tierra, dice, “ahora
me vengo acá y
me viene a
buscar el agua…? Y no le
gustó el lugar.
Entonces, un paisano que había viajado con él había agarrado una changuita para abrir las calles para el remate en Lomas del Mirador -tenía un par de bueyes y una pala de buey y con ello hacía ese tipo de trabajo-. Y un día, caminando juntos hacia la estación de Liniers le dice: “Mirá Carmelo, venite con-migo el domingo y yo te voy a mostrar un remate que están por hacer en una loma donde yo estoy trabajan-do abriendo las calles”.
Entonces, un paisano que había viajado con él había agarrado una changuita para abrir las calles para el remate en Lomas del Mirador -tenía un par de bueyes y una pala de buey y con ello hacía ese tipo de trabajo-. Y un día, caminando juntos hacia la estación de Liniers le dice: “Mirá Carmelo, venite con-migo el domingo y yo te voy a mostrar un remate que están por hacer en una loma donde yo estoy trabajan-do abriendo las calles”.
Y entonces se ponen de acuerdo y ese domingo se vienen desde la estación
Liniers, donde alquilaron un coche tirado a caballo y llegan hasta Mosconi, -que así se llama
hoy- y Gral. Paz. Ahí, este paisano amigo de él lo lleva al
tambo de los Iribarren, que es donde el dejaba los bueyes con los que trabajaba
y le presenta al Vasco Iribarren, quien se hace muy amigo con mi abuelo.
Entonces este hombre que estaba abriendo la calle, parece que parte de su
trabajo lo cobraba con algún lotecito, le dice: “Mira, yo te hago comprar acá….” Y entonces mi abuelo hace allí la reserva del
lote convirtiéndose en el primer comprador previo
al loteo del 4 de abril de 1909.
Y este Iribarren, tenía una edificación que él alcanzo a conocer, en la
calle Liniers, justo detrás de la casa de mi abuelo, -que compró sobre la calle
Venancio Flores- y El Vasco le cede una
de esas habitaciones para que el abuelo ponga las cosas y pueda
empezar a trabajar. Acopiaba los materiales y durante el año 1909 empieza a
edificar una pieza, y a principios del diez se muda.
- Fuente oral: Nelson de Lucca –nieto-
(Entrevistado por Martín Biaggini para la película documental, de su dirección
“Lomas del Mirador, un siglo de su historia” (2009)