.

.

sábado, 22 de febrero de 2014

VILLA REBASA: Así me tocó vivir la Guerra de Malvinas.

.
Entrevistado:  Domingo Canzano-Vecino de Ecuador y J.A. Roca, de Villa Rebasa.
.
“A las siete, de aquella mañana de 1982, ese colectivo al Oeste nos dejó a mí y a dos compañeros en la Gral. Paz y Provincias Unidas, sin un centavo alguno, librados a nuestra suerte, de uniforme y barbudos. La gente que iba al trabajo nos miraba raro, parecíamos payasos. Vino un colectivo 162 con destino a Ramos y no nos quiso parar. Cuando vino el siguiente, dejamos subir a los otros que esperaban y nos trepamos últimos. Le pedimos por favor al chofer que nos llevara, que recién regresábamos de Malvinas, y nos miró mal y nos dijo “-¿Qué pasa, andan de joda?”…
.
.
.
.
.
“-Me llamo Domingo Canzano, tengo 50 años y sobreviví a un bombardeo en la guerra de Malvinas. En 1982 entonces yo tenía 35 años y trabajaba en Transportes Navales –ELMA-  y desde el Edificio Libertad mandaron afiches a las empresas solicitando “cocineros y electricistas”. Me presenté al 9º piso (allí hoy se encuentra la oficina de los ex combatientes), y el capitán Lovero, al enterarse que yo era cocinero me dijo: ‘Mañana ya armamos un barco, lo necesito’.
.
“El destino programado era llevar provisiones a Puerto Madrin y todo el sur, pero ya en navegación, una noche se recibió la orden de pintar de negro todo el barco y de no hacer ningún ruido de ollas en la cocina, girábamos hacia Malvinas y entrábamos en la zona de submarinos.
.

Buque mercante  RÍO CARCARAÑÁ  -ELMA- en 1982
Pintado su casco de negro, ingresando a la zona de submarinos británicos.


.
“Arribamos a Puerto Argentino en 1º de Mayo, de madrugada, y la bienvenida fue terrible. Dormíamos a bordo de nuestro buque, el RÍO CARCARAÑÁ, un transporte mixto de pasajeros y carga, botado en los astilleros de Yugoslavia en 1960 (barco de 22 años) cuando a las cuatro de la mañana una tremenda bomba cayó desde 3.000 ó 4.000 metros de altura sobre la pista del aeródromo de Puerto Argentino. Cayó de costado y en un depósito de combustibles. Nuestro barco estaba anclado a unos 500 metros de allí y el movimiento expansivo trasladado al mar hamacó de tal modo al barco que nos sacó de las cuchetas.
.
“Aquella bomba causó muchos muertos y heridos en tierra, pero no alcanzó a destruir la pista. Nosotros veíamos las llamas. Precisamente nuestra carga incluía las partes de la PISTA DE ALUMINIO que luego se construyó para la operación de los Hércules.
.
“Luego, a las 8,30 de la mañana pasaron tres Shea Harrier y fue el primer bombardeo en Puerto Argentino que vimos patético, apoyados todos en la borda, absurdamente hipnotizados, rabiosos, impotentes. Misiles, bombas, ametrallamientos. Los ingleses hicieron dos pasadas bombardeando y a la tercera uno cayó a tierra, otro explotó en el aire y el tercero se fue al mar. ¡Gritamos aquel triunfo con tremenda alegría!
.
“Mi vida en el mar comenzó en 1964, como peón de cocina, luego pasé a ayudante, más tarde ayudante panadero, maestro panadero, llegué a 2º cocinero, luego a primero y jefe de cocina. Eso me llevó a conocer, menos a Australia y Paraguay, a todos los puertos del mundo, navegando aproximadamente 25 años, siempre en la flota mercante. Nunca estuve preparado para estar en el medio de una guerra y allí en el medio estaba entonces yo.
.
“Pasado ese bombardeo vino la tarea de bajar la carga, que consistía en la citada pista de aluminio y en toneladas de víveres y también armamentos. Luego navegamos hasta el estrecho San Carlos, donde fondeamos a algunos centenares de metros de la costa como lugar de refugio. Pero, el 16 de mayo fuimos descubiertos por tres aviones Shea Harrier y por ellos bombardeados y barridos por sus ametralladoras. Para esto, el capitán nos había instruido que si éramos atacados con ametralladoras, nos refugiásemos en el centro del barco, porque los proyectiles perforaban chapas de 12 mm y de 6 mm de acero, pero las diferentes barreras de chapas y compartimentos aislados impedían que las balas llegasen hasta nosotros. Allí nos reunimos los 70 hombres de la tripulación. Luego de esas tres pasadas y de sus bombas, a través de la radio y en código Morse, los ingleses nos ordenaron que en 20 minutos debíamos abandonar el barco o seríamos atacados de nuevo.
.
.

El RÍO CARCARAÑÁ  herido por las bombas.
Fotografía tomada desde un bombardero inglés.




“Así, con algunos heridos, abandonamos el RÍO CARCARAÑÁ. Lo hicimos en botes y balsas de goma, cargando cuanto pudimos de víveres y ropa. Los ingleses nos vigilaban desde el aire para asegurarse que dejábamos el buque, pero ya no nos atacaron más. Una vez abandonado, el barco se escoró un poco hacia babor, por los agujeros del bombardeo y la entrada del agua por ellos, pero no se hundió.
.
“Pudimos llegar a la isla y refugiarnos en ella. Nuestra inteligencia nos alertó que marinos ingleses incursionaban de noche y saqueaban comestibles y armas. Entonces, el capitán consiguió una lancha pesquera “tomada” a los isleños, y con quince hombres, en una noche de tormenta, a cuatro días de aquel bombardeo, fuimos hasta el buque, cargamos cuanto pudimos de más víveres y abrimos todas las esclusas para inundar el barco. Finalmente el 20 de mayo el mar se lo tragó y según los peritos hoy descansa a unos 180 metros de profundidad debajo del estrecho.
.
.
.
Los 70 hombres de la tripulación pisan tierra malvinera.



“Mi función en tierra seguía siendo la misma que tenía en el barco. Tenía a mi cargo la responsabilidad del completo racionamiento de las provisiones y la alimentación del personal. Pero fue muy duro, en el barco éramos 70 tripulantes, pero en la isla se nos habían sumado otras unidades y llegábamos a seiscientos hombres. Se determinó un único plato caliente a la una y media de la tarde, un guiso aguado. Me dieron orden de ‘no mirar la olla’ al servir; debía introducir el cucharón y con lo que venía servir en una sola vez un plato, y que pase el que sigue; acompañaba una única galletita de agua sin sal, así por cada hombre. La comida carecía de sal, debíamos evitar tentar la sed porque sabíamos que el agua de la isla era muy mala.
.
“En Malvinas en invierno amanece a las 10 de la mañana y oscurece a las 16. Al caer la noche, en la misma olla guisera, lo mejor limpia posible, hacíamos el mate cocido, para ello tomábamos una sábana y en ella volcábamos 10 ó 20 kilos de yerba, luego la atábamos y ese gigantesco “saquito” lo metíamos en la olla a hervir. Ese era todo el alimento del día, así, día a día.
.
“Nunca tuvimos que entrar en combate, pero, una vez hundido nuestro buque, el capitán nos señaló que civiles y militares estábamos unidos para nuestra propia supervivencia. Como yo no tenía mayores conocimientos de armas tomé solo una pistola 9 mm.
.
“No nos involucramos en combates cuerpo a cuerpo, pero sí le hemos tirado a helicópteros y pudimos tumbar uno. Hemos visto bajar ingleses portando granadas listas en las manos. Les vimos a cierta distancia, pero no combatimos frente a frente. En otra oportunidad sí les vimos y supimos de sus uniformes, que contaban con un dispositivo térmico, que con una botonera daban mayor temperatura a sus cuerpos. Nosotros eso no lo teníamos y el frío era terrible.
.
“Todas las noches, desde las once, hasta las cuatro de la madrugada, sus barcos no paraban de bombardearnos, para que nuestras tropas no pudiesen cambiar de lugar y para agotarnos psicologicamente.
.
“En los primeros días dormíamos a la intemperie, sólo al abrigo de unas mantas, al cuarto día cavamos pozos de zorro y trinchera en la turba y allí nos acovachábamos. Cuando se nos acabaron los víveres, carneábamos ovejas, unas 20 por día, yo las trozaba y sin sal ni nada las comíamos hervidas.

.
Pozo de zorro, refugio y trinchera.

.
E.R.: -¿Qué pasó cuando se rindieron ante los ingleses?
.
“-Nosotros NO NOS RENDIMOS. Pasamos 52 días allí desde el 1º de mayo, y cuando se logró romper el bloqueo –pocos días antes de la rendición- dos aviones de la marina “nos sacaron” y devolvieron al continente y en un par de días más nos retornaron a Ezeiza.
.
“Nuestro regreso nos resultaba inexplicable. No esperábamos ese trato, ese oscurantismo en que nos sumieron luego de tantas terribles horas vividas: Llegamos todos barbudos, vestidos de militares –incluso los civiles- y con armamento, yo seguía teniendo mi 9mm.
.
“En Ezeiza nos esperaban, en el sector naval, una serie de colectivos con carteles que decían Norte, Sur, Oeste… que nos distribuirían por las zonas en que teníamos domicilio. Subí al que decía Oeste, pero antes de partir, subió un elegante civil acompañado por cuatro infantes con armas largas y nos invitó a bajar, porque querían ofrecernos  un desayuno caliente. Dijimos que no, que queríamos regresar pronto a casa. Este señor nos dijo: “Se trata de una orden”, y los infantes corrieron los cerrojos de sus fusiles “cargándolos”.
.
“Bajamos y nos reunieron en un gran galpón. Nos dieron café y pan duro y nos dijeron: “¡Regresarán a sus casas, descansen, pero no deben hablar con la prensa, ni alarmar a sus familias. Es más, olvídense de Malvinas, hagan de cuenta que esto nunca existió!”
.
.
“A las siete, de aquella mañana de 1982, ese colectivo al Oeste nos dejó a mí y a dos compañeros en la Gral. Paz y Provincias Unidas, sin un centavo alguno, librados a nuestra suerte, de uniforme y barbudos. La gente que iba al trabajo nos miraba raro, parecíamos payasos. Vino un colectivo 162 con destino a Ramos y no nos quiso parar. Cuando vino el siguiente, dejamos subir a los otros que esperaban y nos trepamos últimos. Le pedimos por favor al chofer que nos llevara, que recién regresábamos de Malvinas, y nos miró mal y nos dijo “-¿Qué pasa, andan de joda?”…  ¿Quién nos imaginaba así, como para creernos? Finalmente logramos convencerle y nos llevó.
.



Colectivo de la desaparecida línea 162,
que unía Mataderos con Lomas del Mirador y Ramos Mejía.
.
.
.“El pasaje estaba sorprendido al escucharnos, desconcertados. Yo vivía entonces en el barrio Bomberitos, en Sargento Cabral y 12 de Octubre, a dos cuadras de Av. San Martín. Cuando llegamos el chofer le pidió permiso a los pasajeros y se desvió del recorrido esas cuadras y me llevó hasta la puerta de mi casa, y todos los pasajeros me despidieron con un inolvidable aplauso.
.
“Luego, aquel abrazo de mi familia fue la condecoración más grande que pude recibir. Fue tremendo. No sabían nada de mí, cuando recibieron la noticia del hundimiento del Río Carcarañá y sin información alguna me suponían muerto.
.
.
E.R.: -¿Qué te quedó luego de Malvinas?
.
“No estoy arrepentido haber ido a Malvinas. Pero sí lo estoy a partir del mal trato que después recibimos. Volver a vivir otra guerra, guerra esta de una mezcla de injusticias e indiferencia, discriminación, desprecio. Pusimos el cuerpo a las balas en nombre de todo el pueblo que quedó aquí, un pueblo que siguió viviendo, trabajando y produciendo…; Cuando nos quisimos reinsertar a esta vida nos negaron el más preciado premio ¡el trabajo! Tener que mentir que no hemos estado en la guerra para poder trabajar. Desde entonces viví de changas y no hace mucho –casi 15 años después de la guerra- me asignaron una pensión de $ 312 por mes. Me gustaría poderme reunir con gente que vivió aquellos días, pero nos hemos desperdigado mucho. Ahora recién, en La Matanza se ha organizado un Centro más homogéneo, encabezado por un excelente  muchacho, Daniel Marini.
.
E.R.: -¿Y si la historia volviese a repetirse, volverías a Malvinas?
.
“-Siempre me lo volví a preguntar… como también me pregunté: “si volverían a recibirnos nuevamente escondidos y con vergüenza…!”
.
.
.
.
         Y me despedí del vecino Domingo Canzano, 25 años de mar y una guerra que en estos días cumple precisamente 15 años de historia. Una historia de un hombre de mar y que a la vez es también hombre de barrio. Una de las raíces que los chicos de hoy deben conocer para cuando crezcan sepan hacer que predomine siempre la razón sobre la fuerza, y que nuestros objetivos siempre sean canalizados por la paz.
.
¿Piensan aún que nuestros barrios no contienen trozos de historia
que hacen a la historia de nuestra Patria grande?
.

Publicado por EL RECOPILADOR
Mayo de 1997 - Año 1 - Nº 7
Entrevistado Domingo Canzano
Vecino de Ecuador y J.A. Roca, del barrio Villa Rebasa.
Ciudad de Ramos Mejía – La Matanza.

Fotos: del Sr. Domingo Canzano. Resto, imágenes de internet.
.
Otras fuentes sobre el RÍO CARCARAÑÁ
==============================================================================

martes, 11 de febrero de 2014

Lomas del Mirador. El regreso del padre Víctor a su parroquia de Santísimo Nombre de María.

.
.
.Parroquia y Colegio ubicados en Av. Juan M. de Rosas 550
entre Charcas y Larrea - Lomas del Mirador.
.
.
Aquel domingo 9 de noviembre de 2003, a las 10,20 hs., descendente por la Av. Juan M. de Rosas, arribaba a la Parroquia Santísimo Nombre de María, la procesión que homenajeaba el regreso a la misma de los restos del Padre Víctor Stoncchetti, cuyo féretro llegaba sobre un móvil escalera-mecánica de los Bomberos Voluntarios de La Matanza.

.
.

.
Su llegada fue entonces recibida por el actual titular del templo, el padre Jorge de Menditte, quien aguardaba acompañado por una guardia de honor compuesta por soldados del histórico Regimiento de Patricios, y la intención era que los restos del padre Víctor tuviesen su descanso eterno bajo del piso del altar de esta parroquia de la cual fuese su pionero creador.
.

.Padre Víctor Stocchetti.
.
.
Esta historia se originó un año antes, en 2002, cuando el padre Jorge estaba para realizar un responso en el cementerio de San Justo, llamándole la atención el pésimo estado de un nicho, afectado además por el brote de la napa acuífera del lugar. Y cuál no sería su sorpresa mayor, al poner sus ojos sobre su desteñida placa, donde se leía allí se hallaba el Padre Víctor Stoncchetti, primer sacerdote de Lomas del Mirador desde el año 1944, impulsor y hacedor de nuestra Parroquia Santísimo Nombre de María y del Colegio María Reina y de muchísimas otras obras para beneficio de la comunidad, y que falleciera el 5 de enero de 1974, a la edad de 66 años.
.
Aquella sorpresa incluyó distintas emociones, de dolor, de indignación y de alegría, ésta última porque el Padre Jorge supo en ese momento que su labor de ahí en más sería corregir el destino final de aquellos restos.
.


.Padre Jorge Mendite
.
.
Así, el Padre Jorge puso manos a la obra. Reunió a su comunidad y les comentó los hechos, y les propuso traer esos restos tan queridos para que tuviesen el merecido homenaje y descanso en el sitio que hubo sido su hogar, su parroquia. Tras ser recibida la idea con alegría y entusiasmo por aquellas personas que le conocieron y amaron en vida y continuaron amando en el recuerdo, dieron su incondicional apoyo, apoyo que también obtuvo del Obispado de San Justo, con lo que se inició el insalvable camino de la burocracia, hasta que tras un año de papeleos, pudo concretarse la llegada de los restos del Padre Víctor… de regreso a casa.
.


Ingresado el féretro al interior del templo, éste se colmó con más de un millar de feligreses que asistieron a la misa con una particular emoción. Concluido el oficio, un grupo de colaboradores descendieron el féretro a una cámara preparada de ex profeso  a izquierda del altar y le cubrieron con una placa de mármol blanco, con su nombre, entre aplausos y vivas de la gente, en cálido reconocimiento a ese hombre de Dios que impulsó la semilla de la Fé en Lomas del Mirador.

.
.
Como cierre ceremonial, llegó la actuación del Coro Polifónico de La Matanza, quienes interpretaron varias obras culminando con un emocionante y brillante Ave María.
.
.
Finalmente, como broche de oro, fue presentada y distribuida una publicación con formato de revista, “Homenaje al Padre Víctor Stocchetti, un pionero de Lomas del Mirador”, un excelente documento historiado por el vecino Don José Dalla Vecchia.
.
Y ese fue el emocionante regreso a su parroquia del tan querido Padre Víctor.
.
.
-Extraído del periódico EL RECOPILADOR,
Año 8 - Nº 84, diciembre de 2003.-
.
.
=============================================================================


lunes, 10 de febrero de 2014

Aquella Villa Rebasa de los años ’40.

. 
La curtiembre de liebres 
y la fábrica de sombreros Lagomarsino.

..

Entrevista realizada por El Recopilador, en el año 2004
al vecino 
Don Roberto Rossi, del Barrio Villa Rebasa, 
sector de la ciudad de Ramos Mejía..

.
.

-Originada allá, por los años 1940-45, tenía Villa Rebasa su propia curtiembre, en la que se trataban pieles de liebre que luego servirían para la fabricación de los entonces tan utilizados sombreros.

.
Para el curtido de aquellas pieles se empleaban ciertos productos químicos, altamente nocivos para los operarios, haciéndolo un trabajo insalubre, que resultaba en todos aquellos muchachos  y hombres grandes, siendo morochos, sus bigotes, cabellos y cejas fueran casi siempre de un blanquecino rubio.
.
“-Yo mismo trabajé en esa curtiembre cuando tenía 13 años… y hasta los 15, en que me fui porque me afecto mucho la salud, y me inicié entonces en la fabricación del calzado.” 


(Cuenta Don Roberto Rossi, vecino que vive desde hace cuarenta años
en una de las esquinas de aquella manzana donde estuvo dicha industria,
Av. Eva Perón y Balcarce, y que llegó tres veces a ocupar cargo de
Concejal por la UCR, en el H. Concejo Deliberante de La Matanza).
.


La fábrica de Sombreros Lagomarsino
habría estado en Junin al 600, del barrio del Once.
.
.
Y prosigue:  “Aquellos cueros de liebre, según la parte del animal (la panza, el lomo, cabeza, pecho, etc.)  su pelo era apartado y embolsado separadamente y lo llevaban a la fábrica de sombreros que no estaba aquí, sino en el barrio del Once, si mal no recuerdo en Junín al 600, tratándose de la fábrica de sombreros Lagomarsino; porque insisto, aquí se hacía el trabajo rudo del curtido de las pieles de las liebres, pero al sombrero se lo armaba en el centro.
.
La curtiembre era propiedad de dos cuñados, Rolando Lagomarsino y Ricardo Guardo. Guardo fue Ministro de Guerra y Lagomarsino Ministro de Comercio del primer gobierno de Perón; y ambos además, eran dueños de varios terrenos de Villa Rebasa, entre los cuales se encontraban  los que hoy ocupa el “Parque Municipal Leandro N. Alem” (popularmente identificado por los vecinos como “Flecha”).
.
Por 1958, Lagomarsino y Guardo deciden vender sus últimos terrenos y como nuestro barrio se había quedado sin ningún espacio verde  -porque hasta la reserva fiscal para la plaza habían vendido los Rebasa-,  entonces se realizó una movilización vecinal que logró impedir el loteo, y tras una lucha de seis años, se consiguió la Ley de expropiación (17 millones de pesos del año 1966), con la que se concretó el Parque.
.
Ya, a mediado de los años ’50, la moda fue dejando de lado el uso del sombrero, y caída la industria la curtiembre se cerró y tras de ella vino el señor José Varela, quien compró los galpones e instaló una Fabrica de Autopartes, para aquel tan notable automóvil que fue el Torino –a partir de 1964/65- y que duró algo más de una década, ocupando una mano de obra de más de un centenar de obreros.
.
Foto de la fábrica 1999. Sobre calle Balcarce.


Por ese entonces tuve un comercio de “parrilla”, que a la vez de estar en la esquina de Eva Perón y Balcarce, también daba al interior de la parte posterior de la fábrica y de donde todo su personal venía a comer.

.
Luego de la fiebre del Torino, el trabajo cayó en la fábrica, pero igual se prosiguió elaborando autopartes, aunque en menor producción y mucho menos personal.
.
Finalmente, el señor Varela, en el año pasado -2003- cerró definitivamente y se demolió todo y hoy está la superficie libre, con una venta de lotes y una casi centenaria arboleda, aguardando un nuevo destino”.--


.

.




En el extremo opuesto, misma esquina de Larrea y Posadas, años 2005 y 2006;
y finalmente departamentos construidos en 2006/ 2007.-






Don Roberto Rossi falleció el 12/ 08/ 2010.-


====================================================================


viernes, 7 de febrero de 2014

Pascuala Barrenechea Viuda de Iparraguirre.

.
La Avenida Iparraguirre.


Según planos de la parroquia de Ramos Mejía, fechados en 1903, Doña Pascuala Barrenechea Vda. de Iparraguirre era dueña de una casa con campos lindantes con los de Ezequiel Ramos Mejía y que tenían la siguiente ubicación, con respecto a estos nombres actuales:  Cnel. Brandsen, José Indart, Av. San Martín y José Marmol.

Teniendo el casco de su propiedad próximo a la calle Brandsen, y a causa de ausencia de otro camino, llegaba hasta allí conducida en auto por su chofer, desde la ciudad de Buenos Aires, por la Av. Rivadavia hasta la Est. Ramos Mejía y luego a través de la Av. De Mayo, y que en realidad venía por temporadas, ya que tenía su casa en el centro de la ciudad de Buenos Aires.
.
Con propósito de acortar su camino, dona parte de su tierra al municipio de La Matanza pidiendo abrir un camino,  una avenida, que comunique de modo directo a San Justo con Liniers.
.
Doña Pascuala donaba así su tierra entre Brandsen y San Martín –aproximadamente poco más de un kilómetro- debiendo el municipio ocuparse de tratar con otros propietarios sobre ceder o expropiar la parte correspondiente de sus tierras.
.
También dona el alambrado marcatorio más doscientos mil pesos –de la época- para que fuese pavimentada totalmente entre San Justo y la Av. Gral. Paz (esto por mediado de los años 1930/ 40), y depositando esa suma en la sucursal Morón del Banco de la Provincia de Buenos Aires.
.
Pero pasaron unos 20 años… y superada la edad de 90 años Da. Pascuala fallece sin poder nunca ver concretada la pavimentación, por lo cual luego de su muerte los vecinos comienzan a reclamar, encontrándose con la respuesta municipal que “ya la avenida figuraba como pavimentada”!!!
.
Tal respuesta honestamente demostraba que los 200.000 pesos donados por la viuda de Iparraguirre para la pavimentación… había sido coquetamente desaparecida con incierto destino.
.
Pasados algo más de otros 20 años, La Matanza recibe la visita del Gobernador Oscar Allende quien concede una audiencia pública a vecinos que necesitasen expresar reclamos en beneficio de la comunidad. Así, en tal oportunidad se le hizo conocer el problema de la Avenida Iparraguirre y éste gobernador dispone por fin la realización de este importante pavimento.
.
Nunca mejor impuesto su nombre a una arteria como este caso -Avenida Iparraguirre- donde se honró nada más y nada menos que a una mujer, una vecina, que donó parte de sus bienes para una obra que no solo le beneficiaba en su traslado personal, sino que también beneficiaba a aquellos que,  poco a poco se fueron sumando a poblar la región, el barrio, los barrios.
.
A principios de los años ’90, su nombre fue cambiado por el de Eva Perón.
.
Desde diciembre de 1998, esta avenida marca el límite entre las ciudades de Ramos Mejía y Lomas del Mirador.
===============
.
** Historia oral, relatada por el vecino Rosario Liciardello, entrevistado por El Recopilador en 1997.
.
.
======================================================================

jueves, 6 de febrero de 2014

Villa Rebasa: Barrio de Ramos Mejía Sur

.
-VILLA REBASA  es un barrio cuya mitad ocupa la parte Sur de la ciudad de Ramos Mejía, y la otra mitad ocupa la parte Norte de la ciudad de Lomas del Mirador.
Límites: Norte, la calle Emilio Mitre; Sur, la Av. Gral. Enrique Mosconi.- Entre la Av. Díaz Vélez y colectora Gral. Paz, por el Este; Y la Av. San Martín al Oeste.-

Su parte media, de Este a Oeste, está cruzada por la Av. Eva Perón (ex- Iparraguirre), la cual es el límite entre ambas ciudades.
.
.
.
VILLA REBASA Y SU GENTE
.
Entrevista realizada por Francisco Álvarez (El Recopilador)
en el año 2003, a 
Doña DELIA TROILO, vecina de la calle Colón
entre Emilio Mitre y Pellegrini (frente a la Escuela 20).-

.
.
---Yo nací ahí, sobre la Calle Ancha,  -que hoy es la Av. Díaz Vélez-  casi la esquina de Nolting, donde estaba el Almacén de Temprana,  -eso es Ciudadela, que por entonces solo tenía 13 años de fundada-  y nací el 4 de junio de 1923, unos meses apenas de nacido este barrio Villa Rebasa.
.
      Mis padres eran italianos. Mi papá se vino de jovencito y mi mamá quedó de chiquilina allá. Mi papá se vino escapando de la Primera Guerra Mundial y un matrimonio que venía de allá se hizo cargo de él, porque solo tenía 17 años.
      Los hermanos de mi mamá ya estaban acá, y mi mamá, en Italia tenía que hacer las tareas de los hombres de trabajar la tierra, entonces resolvió venirse también a Argentina.
.
      Trabajó todo un año para juntarse el dinero. Llegó al puerto de Bs. Aires, ya mayor de edad a los 23 años, un 25 de Mayo de 1921.  Recuerdo que contaba que, le llamó la atención que el puerto “fuera plano”, porque no era como Génova, que hay montañas.
      La esperaban los hermanos y la llevaron a vivir a Castelar, donde vivía mi tío casado con una pampeana y con varios hijos y mi otro tío trabajaba en una quinta junto a la estación y que además era resero,  que llevaba los animales al matadero.
.
      La señora de este tío, tenía sus padres viviendo en el edificio de la tradicional Confitería del Molino, frente al Congreso, y mi mamá comenzó a trabajar con ellos como mucama  –era “la tanita”- La quisieron poner en la cocina, pero claro, ella no sabía cocinar como era el gusto de acá y la pusieron a trabajar un poco en la cocina, para que vaya aprendiendo;  y también un poco ayudar con los chicos, como niñera. Lo único que no le gustaba era que,  la uniformaran con la “cofia” cuando tenían que salir de paseo y ella a cargo de los chicos.
      ...Y en eso se encontró con mi papá, que ya se conocían de chicos y que cuando él se vino, ella tenía 9 años  –8 años de diferencia-  se gustaron enseguida, mis tíos aprobaron contentos y ellos se casaron.
.
--Mi primera escuela fue la 10 –Guido y 11 de Setiembre- que era una construcción vieja, con un patio de ladrillos en el medio. Allí mi hermana tuvo un accidente, se cayó al pozo ciego, y por suerte pudieron llegar los bomberos y la sacaron.
      Yo solo hice ahí el primero inferior. -en 1928-  Como nací el 4 de junio, mi mamá me inscribió en el colegio con 5 años y medio, pero como además yo ya sabía leer y escribir, porque me enseñaba una muchacha que ayudaba a mi mamá, al año siguiente me pasaron directo a 2º grado, con 6 años y medio. Mas, como unas chicas, de la calle Nolting, iban a una escuela de Flores,  -que iban en tren-  entonces mi papá me dijo, “nosotros podemos mandarte allá, si total no pagamos nada” y en el tren tenía pase. Aquella escuela estaba en Caracas y Rivadavia.
.
--Todo esto era el Monte Rebasa y donde está la Escuela 20, la vereda de Colón frente a mi casa, era propiedad de Cabana. 
.
      Pero la tierra de Rebasa también seguía en Ciudadela, del otro lado de la Díaz Vélez, porque mi papá le compró el terreno a Rebasa en Independencia 541 (a media cuadra de Nolting y Díaz Vélez). Ahí estaba la quinta de los Iris y hacia la esquina estaba el Dr. Rebasa y ahí le compró, y comprando el terreno le regalaban 10.000 ladrillos;  y  comprando tres lotes, le regalaba uno, lo que ayudaba a poblar y a valorizar el resto de la tierra que debía salir a la venta.  
   Nuestro terreno tenía 10 varas de frente (8,35 m.) x 45 m. de fondo. Y allí papá  había hecho quinta y frutales. Y adelante, en el jardín, un hermoso parral  (los tanos aprovechan toda la tierra y el aire también)  y naranjos de un lado y mandarinas del otro, y en el centro el rosal. Y el sostén del parral hecho con hierro forjado –cosas de antes- ... ¡Y con unas uvas! Casi todos tenían uvas chinches, pero papá no, tenía una uvas blancas, transparentes!
      Y teníamos gallinas, granadas, nísperos, ciruelos. Y yo me enojaba y le decía a mi mamá: “Pasa el hombre vendiendo y Uds. nunca compran”;  y mamá me decía "Y para qué vas a comprar si aquí en casa tenemos de todo, ¿vos pasas hambre? ¡No!... (lo que pasaba es que yo quería fruta comprada...!). Con esos 10.000 ladrillos mi papá hizo la pieza, la cocina y el bañito al fondo, como era antes.
.
--Yo estudié hasta 6º grado, que con eso se le abrían a uno las puertas de todo.  Entonces yo dibujaba muy bien y me gané una beca y me mandaban al Museo de Bellas Artes.
      Por entonces, la moda y la sociedad imponían ciertas reglas en el buen vestir: entonces yo iba de sombrerito, pero las demás iban todas de guantes y carterita, y mi papá no me los podía comprar, y yo me la pasaba llorando, porque nunca faltaba una que te criticara, “¿Vos siempre venís con lo mismo, no tenés otra cosa?”
      Un día de examen me pasé llorando y ya no quise ir más.  Y a mí se me antojaba dibujo y piano, dos cosas que no se podían costear.
.
--María Luccini fue la Directora nueva de la Escuela 20, cuando esta inauguró su edificio nuevo.  La hermana trabajaba con nosotras en la Municipalidad y el hermano trabajaba en el Parque Avellaneda y nosotros cultivamos una amistad con ellos.
.
      Esta calle Colón, en la esquina de Emilio Mitre, estaba cerrada por un alambrado, por lo que era como que la calle no existía, y mi marido lo quitó un 9 de julio de 1950, y sobre esta vereda que enfrenta la escuela, existía un ombú inmenso que ocupaba gran parte de la calle, por la que un auto no podía pasar, los carros si, porque maniobraban por un costado y pasaban. Si habrán jugado a la bolita los chicos a su sombra.
.
--En Colón entre Roca y Pellegrini, estaba la Fábrica de cohetes de los Grasso, y para las fiestas nos regalaban las bengalitas. Pero en 1944 fue la gran explosión de la fábrica.  Yo estaba tendiendo ropa y se me escapó de la mano, y mi suegro que estaba sentado desbrotando las plantas se cayó para atrás, pobre.  ¡Un susto nos pegamos! ¡Estábamos a menos de una cuadra! Se les murió un hijo, Francisco.  Después hubo otras veces pequeños incendios. Yo dejé de verlos porque mi mamá no quería que fuese más a esa casa, por miedo.
.
--Donde está la Iglesia del Monte Carmelo era tierra de Torelli. Antes hubo vivero, vendieron una parte, otra parte se le dio a la iglesia  -los dueños viejos-  luego vino a trabajar Torelli,  quien antes vivía donde está la ex–textil San Marcos, (Gral. Acha entre Colón, Alfredo Palacios y 11 de Setiembre). Hasta que yo tenía 10 u 11 años, ahí había un vivero (1934 / 35), y entonces Chigliassi compró y levantó la fábrica “San Marcos”, que en principios la construcción era de chapa.
      Chigliassi, no vivía acá, tenía un chalet inmenso al costado del Hospital de Haedo, del “Güemes”, y si le íbamos a pedir colaboración para ayudar a las escuelas, siempre nos daba.
.
      Cuando mis padres se casaron en 1922, fueron a vivir a Díaz Vélez casi Nolting, a la casa que era de papá y una hermana, la que finalmente se volvió Italia para quedarse allí. Entonces papá utilizó la pieza que quedó vacía, alquilándola a una señora que tenía dos hijos, que después se instalaron en el vivero donde luego se edificó la Textil “San Marco” y a quienes mi mamá iba siempre a visitar, y eran los Torelli, que después se vinieron a Emilio Mitre entre Colón y Amte. Brown, y que donaron parte de esta tierra para la construcción de la vieja iglesia de madera y chapa, y que dejó paso a la actual Parroquia Nuestra Sra. del Monte Carmelo. 
.
--Luego que se hizo la “San Marco”, al lado se levantó la fabrica “Mitre”, sobre la calle Colón. “Mitre” era tejeduría y “San Marco” hacía ropa sport y deportiva, batones, blusas.
      En la “Mitre” trabajaron mi hermano y mi cuñada. Casi todas las mujeres de por acá trabajaron el la “Mitre”, que pagaba bien. Luego la “Mitre” cerró y por 1998/ 99 cerró “San Marco”. (Actualmente hay algo trabajando en la Mitre, pero no se de que se trata).
      Mi marido hace 47 años que murió y yo hice pareja 15 años más tarde, con un vecino de la Mitre, y por él sabía que seguía una fábrica de máquinas en el lugar.
.
--Yo trabajé mucho en costura, pero en casa, ir a trabajar afuera no me dejaban, decían que la mujer tenía que quedarse en la casa.
      Con lo que cocía, luego me tomaba el tranvía 2 en Liniers y me iba a entregar. En días de pago me tomaba el tranvía 1 hasta Primera Junta y me tomaba el subte, por 15 centavos, y me iba “de taquito, con la carterita”, a mirar vidrieras... Claro, yo trabajaba para mí y me pagaban bien. Y siempre me guardé la libreta de trabajo y mi papá me decía, para qué lo hacía?... Y por guardar esa libreta fue que me sirvió para jubilarme!
.
      Yo cocía para la afamada Casa Harrods y también para una casa mayorista, y de ahí que yo guardara aquella libreta. Luego, cuando enviudé y más tarde trabajé en la Municipalidad de La Matanza,  ya tenía 32 años y pensé que jamás me jubilaría. Y en época de militares me enteré que con 15 años de servicio y 55 de edad una se podía jubilar, y las constancias de aquella libreta me ayudaron a jubilar. Había entonces muy mal clima, era 1978, y teníamos compañeros desaparecidos y no podíamos ni mencionarlos. Lo teníamos prohibido. Nunca creí que viviría  así, tantas cosas tan malas. Tuve ese empleo gracias a mi primer marido, Oscar Troilo, a quien  conocí en un pic-nic de “Mitre”. Nos casamos y tuvimos dos hijos y cuando ellos tenían, Susana 11 años y Aníbal 5 y medio, Oscar fallece del corazón en febrero de 1956, y gracias a que tenía los chicos pude entrar a cubrir su vacante en la municipalidad.
.
.
.
RECUERDOS DE MAS DE MEDIO SIGLO:

--LOS COCHECITOS tirados por caballos venían por la mañana con las maestras.
.
--LAS CHATAS DE LAS VERDURAS, pasaban casi a la noche con los perros que iban bajo los carros, al lado del farol.
.
--LOS GRANDES ARREOS DE VACAS, incesantes pasaban por la Av. Díaz Vélez hacia los Mataderos.
.
--MANIOBRAS MILITARES,  se hacían en este sector que era la quinta de Rebasa, y venían los soldados del Cuartel de Ciudadela. Entonces corríamos todas a lavarnos la cara y peinarnos, para estar lindas –éramos pibitas apenas, nada más-  Aquellos soldaditos venían por la calle Granaderos, cruzaban el paso a nivel y seguían por Independencia, calle que se asfaltó en 1931, cuando yo tomé mi primera comunión. Muchas calles de Ciudadela se asfaltaron ese año.

--EMILIO MITRE, era angosta, porque la mitad de la calle la ocupaba la quinta de verdura, igual que Larrea. Ambas calles tenían una vereda sola, porque la otra la ocupaba la quinta. Pegado al alambrado había un caminito que iba marcando la gente con su paso.
.
--LA QUINTA DE REBASA llegaba de Larrea hasta Díaz Vélez, porque otras tierras, que habían sido de él,  ya las había vendido, y seguía vendiendo, y por el otro lado la quinta de Rebasa llegaba hasta Iparraguirre, actual Eva Perón. Pero, desde que yo recuerdo ya Rebasa no vivía más acá. Y ellos “eran una quinta elegante”, no cultivaban. Quienes lo hacían serían puesteros o le habrían comprado antes la tierra. 
.
--QUINTA LA MARIETA, estaba por la calle Almte. Brown y que es donde estaba la “olla popular”, a la que mucha gente iba a buscar la comida con la ollita, y los hombres llevando el pan envuelto en un generito. (1940/ 43).
.
--ESTO ERA ATRASO hasta que llegó el asfalto. Al llegar la tardecita ni ganas que daban de cambiarse, ni salir a la puerta de la quinta. Era terrible, lo único era una casa al frente, nada más, otra al llegar a la esquina y después a la vuelta por esta vereda, la fábrica de mosaicos, por Emilio Mitre a mitad de cuadra, y otra casita por allá y nada más ¡Solo campo, nada más! –hace de esto 60 años-,  y se hacían “casa chorizo”, una piecita al lado de otra, y de otra, después la cocina, eso era horrible.
.
--EL PROGRESO ESTABA JUNTO AL TREN así decía mi papá y tenía razón, por eso había comprado a 5 cuadras de la estación de Ciudadela. Pero al casarme, me tuve que venir con mi marido a vivir aquí, a la quinta de mis suegros. Yo que nunca quise ni pensar en “la loma” y bueno, me tuve que venir para acá.
.
--PROGRESO “A MEDIAS”, al abrirse las calles tuvieron que cortarse las quintas y vino el progreso. Pero Larrea fue la peor, porque el asfalto le llegó solo la mitad de calzada, porque la otra parte, entre Julio A. Roca y Emilio Mitre el quintero no la cedía.
.
--LA AVENIDA EMILIO MITRE,  debió haberla sido, y hasta tenía planificada una rambla en el centro, pero la gente prefirió veredas anchas para pagar menos material de pavimento.
.
--LA AVENIDA IPARRAGUIRRE también debía tener rambla, pero como lo hizo Vialidad, los vecinos no pagaron su costo. Pero tampoco le hicieron la rambla.
.
(*) El pavimento de la Av. Iparraguirre lo hizo Vialidad, a principios de los años ’60, por gestión del entonces Gobernador Oscar Allende (Presidencia de Arturo Frondizi) ante el reclamo de los vecinos. Debió haberse pavimentado por los años ’40 y la Municipalidad habría distraído el dinero, y cada vez que los vecinos iban a reclamar recibían por respuesta “que ya figuraba asfaltada”.  (El dinero íntegro para el pavimento  -$ 200.000- lo había donado la Viuda de Iparraguirre  y registrado su depósito en el Banco Provincia, en Morón)  --(Relatado por el vecino Rosario Ricciardello en entrevista de 1998, para el periódico El Recopilador).-
.
--EL CINE BROWN: Yo era soltera, tendría 20 años, (1943) y en Almte Brown, casi esquina Acha, estaba este humilde cine al que solo fui dos veces, porque era tanto el lío que se hacía ahí adentro, que se tiraban desde maníes hasta todo lo que se pueda imaginar, que no se podía ir. Allí hacían los festivales los del Club Mitre.  En un festival boxeo, peleó un muchacho de acá a la vuelta, y de la primera trompada le sacaron la parte del hombro de la musculosa, que me impresionó tanto que no fui nunca más. A propósito, el boxeador Angel Firpo tenía tierra por acá, por San Martín y O’Higgins más o menos.
.
--HORNOS DE LADRILLOS: La calle O’Higgins tiene ese quiebre en Almte. Brown debido al lugar que ocupaban los hornos que existieron allí. Mi papá decía que había que escapar a los campos donde hubo hornos de ladrillo porque usaban toda la tierra negra y dejaban la peor tierra, la roja, donde no se podía sembrar, una tierra pobre y mala.
.
--MUJERES OPRIMIDAS: La primera vez que usé maquillaje fue el día que me casé, 5 de febrero de 1944. Era un sábado y entonces los casamientos eran los sábados en Civil e Iglesia, el mismo día. Estábamos en el patio de casa y quien iba a ser mi marido le dice a mi cuñada, “¿Quién esa mujer que está en el patio, saludando a uno y a otro, con ese sombrero... no la conozco y para mí, que soy el novio ni un saludo?”  –Y era yo. ¡El nunca me había visto maquillada, ni así arreglada!
      El Registro Civil estaba del otro lado de Ciudadela, en Maldonado, donde ahora debajo va el arroyo.
      Yo me casé el 5 de febrero, a los 21 años y mi hija nació el 26 de diciembre, justito a los 10 meses y medio, y... ¡Cómo era la gente de perversa!  ¡Me estaban contando los meses y los días, a ver si yo no me había casado ya embarazada! En eso a la gente le gustaba hacer pasar vergüenza a las mujeres... y lo hacían las mismas mujeres! ¡Qué estupidez! ¡Qué injusto!  Y mucho más, porque como mujeres, de sexo, ninguna entonces sabíamos nada de nada.
      Pero además el día que me casé, en la mesa me pasó otra cosa más: Delante de todos los invitados, y yo ya casada por civil, mi mamá me pregunta por una mujer que no se sentó a comer, y me dice “-¿Qué pasa que no viene fulana a la mesa?”  Y le respondo, “Está descompuesta, parece que está embarazada, dice que está embarazada otra vez”, y mi mamá me dio una cachetada!!!  Y dijo: “-¡¡¡Una hija mía no dice esas cosas!!!” Y nadie le dijo “ni así” eh, solo mi papá le dijo “¡-María...!” y nada más.---

--Nota: Es historia oral, que refleja la evolución de una época, entre las décadas de 1920 al 2000. Campo convirtiéndose en ciudad. Cultura y prejuicios. La moral de la mujer cuestionada por mujeres. Historia de vida y de barrio… contada por una protagonista y testigo del lugar que ya no está entre nosotros, pero nos pudo dejar este, su valioso testimonio.
ER.-
.
.
.
========================================================================